La esterilidad en una pareja se define como la imposibilidad para concebir un hijo tras mantener, durante un año, relaciones sexuales no protegidas.
Cuando la edad de la mujer se acerca o supera los 37 años, se debe reducir este plazo a 6 meses. La mayor parte de las veces no existe esterilidad absoluta, sino dificultades más o menos importantes, que llevan a que sea muy difícil conseguir una gestación de modo espontáneo.
Son numerosas las causas que pueden producir una situación de esterilidad en una pareja. Mediante el estudio clínico de la mujer y del varón es posible, en la mayoría de los casos, detectar el problema y solucionarlo. A veces de forma simple; otras a través de procedimientos específicos mucho más complejos. Este es el campo de actuación de las Unidades de Reproducción Humana Asistida. En general, es relativamente sencillo conocer si la esterilidad que afecta a una pareja es de origen masculino o femenino.
En nuestra experiencia hemos constatado, en base a las parejas que venimos tratando, que las causas de origen masculino muestran un incremento sobre las de origen femenino. En bastantes ocasiones, encontramos problemas en ambos, es decir parejas cuya infertilidad tiene una doble causa (masculina y femenina), este porcentaje se cifra en más de un 30%.
Finalmente, se admite que pese a todos los avances diagnósticos, en un 5-10% de las parejas la esterilidad sigue siendo de origen desconocido. Es necesario siempre realizar un estudio completo de la pareja, para averiguar la causa de su esterilidad. Conocida ésta, se propone el tratamiento que se estime más adecuado para cada caso.
Aceptado por la pareja, se inicia el tratamiento, hasta que constatamos que el embarazo se ha conseguido. Posteriormente, cada paciente es remitida a su ginecólogo para el segumiento del embarazo y para realizar el parto, que en nada se diferencia del conseguido por medios naturales. Todo ello con la más moderna tecnología para realizar cada técnica con las mayores garantías de éxito.